Espino amarillo contra el desierto de Gobi: un proyecto único de Mongolia

En los últimos años, el liderazgo mongol ha estado comprando activamente plántulas de espino amarillo y apoyando a los agricultores que cultivan este cultivo. Y el problema no es solo en las bayas saludables y los productos de espino amarillo. Realiza una función mucho más importante: ayuda a detener la propagación de las arenas del vasto desierto de Gobi.

Esto no quiere decir que Mongolia haya tenido mucha suerte con las condiciones naturales y la ubicación geográfica. No tiene acceso al mar, y sus vecinos más cercanos son las regiones subdesarrolladas de Rusia y China, lo que de ninguna manera contribuye al rápido desarrollo de los lazos comerciales y económicos. La infraestructura de transporte y la agricultura tampoco son fáciles. La mayor parte del territorio del país son interminables desiertos arenosos o cadenas montañosas. Las temperaturas del aire aquí son casi extremas: un clima fuertemente continental causa heladas severas de 35 grados en invierno y un calor sofocante de 35 grados en verano.

En tales circunstancias, desarrollar la economía es muy difícil. La construcción y operación de carreteras, que están constantemente cubiertas de arena durante las tormentas de arena, se convierte en una lucha constante con los elementos naturales. Además, las áreas desérticas aumentan anualmente: el pastoreo excesivo de ganado ha llevado a la degradación de la cubierta vegetal ya escasa y la aparición de desiertos de arena. Entre las muchas formas de lidiar con las corrientes de arena, los expertos mongoles centraron su atención en el espino amarillo.

El espino amarillo se cultiva con éxito en muchos países de Europa y Asia. Además de las bayas muy valiosas de las que se hacen el aceite, el jarabe y el jugo, también tiene una modestia increíble. El espino cerval de mar sin consecuencias especiales tolera la sequía, las altas temperaturas, el duro invierno sin cubierta de nieve y anualmente agrada con la cosecha. A esto es a lo que apostaron las autoridades mongoles, su capacidad de crecer en condiciones de clima fuertemente continental y semidesértico.

Mongolia difícilmente puede llamarse un país de cultivo, ya que la cría de ganado siempre ha desempeñado un papel importante en la agricultura de este país. Pero el espino amarillo parece cambiar fundamentalmente esta situación. Los primeros experimentos relacionados con el desembarco de espino amarillo en el borde del inicio de la arena dieron resultados sorprendentes: el espino amarillo no solo hizo frente a su tarea de fortalecer el suelo, sino que también dio una buena cosecha. Mongolia comenzó a comprar grandes cantidades de plántulas de espino amarillo en Rusia y China y plantar grandes territorios con ellas.

Hoy en día, muchos agricultores activos en Mongolia se niegan a criar cabras y ovejas y se dedican al cultivo de espino amarillo. La valiosa baya resultó ser no solo una cultura sin pretensiones capaz de detener la aparición de arenas áridas, sino también extremadamente rentable. Hoy en día, Japón, China y otros países asiáticos están comprando activamente productos de procesamiento de espino amarillo de Mongolia; también hay contratos para el suministro de espino amarillo a Francia. Alentado por tal éxito, el liderazgo mongol está haciendo planes audaces para convertir al país en una región líder para la producción de espino amarillo.

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